jueves, 13 de marzo de 2008

PrEdIcAdOrEsDeLaMuErTe

Existen predicadores de la muerte; y la tierra está llena de individuos a quienes hay que predicarles que se alejen de la vida.

Repleta está la tierra de gentes que sobran, corrompida está la vida por los superfluos. ¡Bueno será que alguien les saque de esta vida, con el señuelo de la {vida eterna}!

{Amarillos}: así se llaman a los predicadores de la muerte; o {negros}. Mas yo quiero presentároslos todavia con otros colores.

Están ahi los terribles, que llevan dentro de sí el animal de presa, y sólo pueden elegir concupiscencia o mortificación. E incluso sus placeres son mortificaciones.

Tales abominables engendros ni a hombres siquiera han llegado: ¡Ojalá prediquen el abandono de la vida, y ellos mismos se marchen a la otra!

Ahí estan los tísicos del alma: apenas han nacido, ya comienzan a morir, y sueñan con doctrinas de cansacio y de renunciación. ¡Desearían estar muertos, nosotros deberiamos respaldar su voluntad! ¡Guardaos de resucitar esos muertos y de violentar esos féretros que andan!

Cuando les sale al paso un anciano, un enfermo o un cadáver, se apresuran a proclamar: {¡La vida esta refutada!}

Pero los refutados son ellos, y sus ojos que no saben ver sino un solo aspecto de la existencia

Inmersos en densa melancolía, y buscando con avidez accidentes diminutos que ocasionan la muerte, aguardan siempre, con los dientes apretados.

Otras veces extienden las manos hacia las golosinas mofándose ellos mismos de tal niñería: penden de esa caña de paja que es su vida y se burlan de seguir todavía pendeientes de ella.

su sapiencia viene a declarar: {¡Continuar viviendo es tontería, y también nosotros somos así de tontos!}

{¡La vida no es sino dolor! -así dicen otros; y no mienten-.¡Por lo tanto, procurad acabar vosotros, procurad que acabe esa vida, que sólo es dolor!}

Ésta es la enseñanza de vuestra virtud: {¡debes arrancarte la vida! ¡Debes huir de tí mismo!}

{La lujuria es pecado -dicen algunos predicadores de la muerte-. ¡Apartemonos unos de otros, y no engendremos hijos!}

{Parir es doloriso -dicen otros-. ¿Y a quién viene el parir? Solo se paren desgraciados.} Y también éstos son predicadores de la muerte.

{Compasión es lo que hace falta -dicen los terceros-. ¡Tomad todo lo mio, todo cuanto soy! ¡Así estaré menos atado a la vida!}

Si fueran compasivos de verdad, amargarían la vida a su prójimo. Su verdadera obra de misericordia sería ser francamente malos.

Pero ellos quieren librarse de la vida. ¿Qué les importa atar a la vida a otros, con sus cadenas y sus regalos?

Y también vosotros, para quienes la vida es trabajo e inquietud: ¿no estáis muy cansados de la vida? ¿No estáis bien maduros para la predicación de la muerte?

Vosotros, los que amáis el trabajo rudo y todo cuanto es rápido, nuevo, extraño, no os soportáis a vosotros mismos, vuestra vida es una huida, vuestra diligencia es voluntad de olvidaros de vosotros mismos.

Si tuvieseis más fe en la vida no pensaríais tanto en el momento presente. ¡Pero no tenéis bastante contenido para la espera -ni siquiera para la pereza-!

La voz de los predicadores de la muerte resuena por todas partes. Es que la tierra está repleta de seres a quienes hay que predicar la muerte.

¡O la vida eterna! Para mi es lo mismo -¡con tal de que se marchen pronto!

1 comentario:

xz Trueno dijo...

No me parece coherente lo que dices, yo no soy "emo" ni nada así, sin embargo me parece que lo que dices aquí es algo muy tonto...o no sabes explicar bien lo que dices.
Aunque me parece que en realidad tu tuviste una mala experiencia con los "emos"...